Este 3 de junio se cumplen 103 días desde la detención arbitraria de Rory Branker, trabajador de LaPatilla.com, sin que hasta la fecha se conozcan su paradero exacto, los cargos que se le imputan, ni su estado físico.
Sus familiares y allegados denuncian una flagrante violación a sus derechos fundamentales, incluyendo el acceso a un abogado de su confianza y la posibilidad de visitas.
Branker fue detenido el pasado 20 de febrero por agentes armados del régimen, sin orden de captura ni flagrancia y desde ese día, la incertidumbre ha sido la constante para sus familiares, amigos y el gremio periodístico que representa.
Aunque Diosdado Cabello, en su programa «Con el mazo dando» del 26 de febrero, reveló que Branker se encontraba bajo el poder del Estado, desde entonces, Cabello se ha limitado a mencionar el caso en sus transmisiones sin aportar mayor información que esclarezca su situación. Esta falta de transparencia agrava la angustia y el hermetismo en torno al caso.
Desde su desaparición forzada, las fuerzas uniformadas del régimen sustrajeron su vehículo, computadoras y celulares de Branker, bienes que hasta el momento no han sido devueltos.
Familiares de Branker han acudido a las sedes de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en Maripérez, Caracas, y a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en El Helicoide, sin obtener ninguna información oficial sobre su reclusión o las razones de su detención.
La ausencia de comunicación y el desconocimiento de su situación han llevado a calificar su caso como una desaparición forzada.