En el marco del Día Mundial del Refugiado, la organización venezolana Laboratorio de Paz lanzó una campaña para visibilizar la situación de quienes se han visto obligados a abandonar el país por motivos de persecución política, amenazas o criminalización de su labor social y periodística.
Bajo el lema “Pedir refugio no es rendirse. Es resistir, desde otro lugar”, la iniciativa busca romper el silencio, humanizar el exilio y recordar que miles de venezolanos refugiados no han dejado de luchar, aunque ahora lo hagan desde fuera del país.
Según cifras actualizadas de la Plataforma R4V (ONU), casi 8 millones de venezolanos han abandonado el país en los últimos años. Si bien muchos lo hicieron empujados por el colapso económico y la emergencia humanitaria compleja, miles han huido por razones políticas: activistas perseguidos, estudiantes criminalizados, periodistas amenazados, defensores de derechos humanos acosados, y líderes sociales, LGBTIQ+ o indígenas que enfrentan peligros directos.
“Durante años ayudamos a víctimas, ahora nosotros también lo somos”, confiesa uno de los defensores exiliados citado en la campaña. “Nos cuesta vernos así, como refugiados, pero es lo que somos. Y también desde acá seguimos denunciando, apoyando, conectando”.
Obstáculos en países de acogida
La ONG denunció que los solicitantes de refugio venezolanos enfrentan procesos lentos y poco accesibles en la mayoría de los países donde se han instalado. Pese a los esfuerzos de algunos gobiernos por brindar protección, los sistemas de asilo suelen estar saturados o no reconocen plenamente la magnitud del desplazamiento forzado venezolano.
“Los activistas, periodistas y defensores de derechos humanos no solo enfrentan persecución en Venezuela, sino también largos procesos para regularizar su situación en el exilio, muchas veces sin acceso a derechos básicos ni reconocimiento pleno de su condición”, alertó Laboratorio de Paz.
La campaña está acompañada de retratos tipo grabado y testimonios anónimos de personas refugiadas, que relatan con sobriedad y valentía lo que implica dejarlo todo atrás para preservar la vida.