El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió el miércoles un esfuerzo coordinado para enfrentar el crimen organizado en el país, tras una operación policial en Río de Janeiro que dejó más de 130 muertos.
“Necesitamos un trabajo coordinado que ataque la raíz del narcotráfico sin poner en riesgo a policías inocentes, niños y familias”, expresó Lula en un mensaje publicado en su cuenta oficial en X (antes Twitter). El mandatario informó que dio instrucciones al Ministro de Justicia y al Director General de la Policía Federal para que se trasladen a Río y se reúnan con el gobernador.
“No podemos aceptar que el crimen organizado siga destruyendo familias, oprimiendo a los residentes y propagando drogas y violencia por las ciudades”, afirmó el presidente brasileño.
La operación, desarrollada el martes en los conjuntos de favelas de Penha y Alemão, tenía como objetivo capturar a los principales cabecillas del Comando Vermelho, la organización criminal más antigua y poderosa de Río, con ramificaciones en todo el país. Los enfrentamientos se extendieron a zonas boscosas cercanas, en una región donde viven más de 200.000 personas.
Aunque el gobierno regional confirmó 121 muertos, incluyendo a cuatro policías, la Defensoría Pública elevó la cifra a 132 víctimas, tras recopilar datos en institutos forenses y en el lugar de los hechos. Además, fueron arrestados 113 sospechosos, se decomisaron 119 armas, 14 artefactos explosivos y toneladas de droga. Diez adolescentes quedaron bajo custodia policial.
Lula recordó que en agosto su gobierno ejecutó “la mayor operación contra el crimen organizado de la historia del país”, que logró desmantelar el núcleo financiero de una banda vinculada al narcotráfico, la adulteración de combustible y el lavado de dinero. También destacó la Enmienda de Seguridad presentada al Congreso Nacional, que busca garantizar la actuación conjunta de las fuerzas policiales frente a las facciones criminales.












