El regreso de Shohei Ohtani a su estatus de estrella única en MLB como jugador capaz de lanzar y batear ha sido a fuego lento, incluso después de su tan esperada vuelta al montículo. A medida que ha podido ir yendo cada vez más lejos en la lomita, cada salida ha sido un recordatorio de lo dominante que puede ser en ambas facetas del juego.
Ohtani dio el hit número 1.000 en su carrera en Grandes Ligas -un bambinazo de dos rayas, su 39no de la temporada- y ponchó a ocho desde la loma, pero los Dodgers no pudieron mantener una ventaja al final del juego en una derrota por 5-3 ante los Cardenales la tarde del miércoles en el Dodger Stadium.
De esa forma, Ohgtani se unió a Ichiro Suzuki (3,089) y Hideki Matsui (1,253) como los únicos jugadores nacidos en Japón en alcanzar los 1,000 imparables en las Mayores. Cuatro miembros activos de los Dodgers han conectado al menos 1,000 imparables en MLB. Los otros son Freddie Freeman, Mookie Betts y el dominicano Teóscar Hernández, quien alcanzó la marca a principios de este año.
Ohtani no sólo puso a su equipo en ventaja con el batazo del hito, sino que también fue su propio apoyo ofensivo. Hizo su octava apertura como lanzador en el partido decisivo de la serie y se extendió hasta cuatro entradas completas por primera vez esta temporada.
Shohei Ohtani goes yard for career hit No. 1,000! pic.twitter.com/c6I2pGSuip
— MLB (@MLB) August 6, 2025
“Pienso que fue un gran día para mí personalmente”, dijo Ohtani, “llegando al cuarto inning y completándolo. Pienso que eso fue muy bueno en términos de seguir fortaleciendo mi brazo”.
Ohtani comenzó su día en el montículo con dos entradas en blanco antes de permitir una carrera a los Cardenales en la tercera. Jordan Walker se embasó cuando el intermedista venezolano Miguel Rojas perdió un elevado en el sol, y finalmente anotó con un sencillo de toque de Brendan Donovan.
Con información de MLB