La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó la demanda por difamación presentada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, contra el diario The Wall Street Journal, al considerarla parte de una «estrategia para intimidar a la prensa independiente y desalentar la cobertura crítica».
La querella, señala la SIP en un comunicado, exige una compensación de al menos 20.000 millones de dólares y acusa al periódico de haber incurrido en «graves fallas éticas y periodísticas», según el equipo legal del presidente, citado por la cadena CNN.
La publicación en mención revela la existencia de un álbum de cartas de felicitación por el cumpleaños número 50 del fallecido empresario Jeffrey Epstein, en 2003, en el que figuraría una nota firmada por Trump, con un dibujo de una mujer desnuda, según el artículo de The Wall Street Journal.
La demanda contra el diario, su empresa matriz Dow Jones, el conglomerado News Corp. y dos reporteros, fue presentada ante una corte federal en Miami
El presidente Trump negó haber escrito la carta o realizado el dibujo para Epstein, quien estaba acusado de tráfico sexual de menores, y calificó la historia como una «noticia falsa», alegando que «no existe ninguna carta o dibujo auténtico», según informó la prensa.
En la red Truth Social, Trump afirmó que advirtió directamente a Rupert Murdoch, presidente de News Corp., que no se publicara la información, y que este «prometió ocuparse del asunto, pero evidentemente no tuvo el poder de impedirlo».
Desde The Wall Street Journal, un portavoz declaró que confían «plenamente en el rigor y la precisión» del trabajo periodístico realizado y que defenderán vigorosamente cualquier demanda.
«Esta demanda no es un hecho aislado; es parte de una estrategia para intimidar a la prensa independiente y desalentar la cobertura crítica. Utilizar el aparato legal del Estado para silenciar voces periodísticas constituye un retroceso democrático y sienta un precedente peligroso», afirmó José Roberto Dutriz, presidente de la SIP.
Martha Ramos, presidenta de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, advirtió que «cuando desde las más altas esferas del poder se busca castigar a los medios por ejercer su rol fiscalizador, se erosiona el pilar fundamental de toda democracia: el derecho del público a estar informado. Esta acción judicial es un claro intento de censura encubierta».
La querella forma parte de una serie de litigios que Trump ha iniciado contra medios desde su campaña electoral de 2024.
Según expertos legales citados por CNN, no existe precedente de que un presidente en funciones haya demandado directamente a reporteros o medios por difamación.
Entre otros casos recientes, Trump demandó a las cadenas televisivas ABC News y CBS y llegó luego a acuerdos extrajudiciales en los que las televisoras accedieron a pagar sumas millonarias que serían destinadas a su futura biblioteca presidencial.
Un informe reciente de la organización Reporteros Sin Fronteras, titulado ‘Seis meses de la guerra de Trump contra la prensa: importando y exportando tendencias autoritarias’, señala que la Administración Trump ha aumentado su hostilidad hacia los medios de comunicación con la utilización de tácticas autoritarias presentes en diversos regímenes alrededor del mundo.
La Declaración de Chapultepec de la SIP establece que «la intimidación» a los periodistas y «las restricciones a la circulación de los medios o a la divulgación de sus mensajes» son comportamientos que «se oponen directamente a la libertad de prensa» y la «coartan severamente».
A su vez, la Declaración de Salta II desalienta las demandas desproporcionadas «que puedan generar autocensura o costos que comprometan la sostenibilidad del medio». Estas acciones legales abusivas, conocidas como SLAPP -siglas en inglés para aludir «demandas estratégicas contra la participación pública»-, buscan silenciar o intimidar a la prensa mediante el desgaste económico y judicial, y a menudo carecen de fundamento legal. EFE